Blog de Polestar Pilates
¿Es Pilates un método de entrenamiento?
Uno de los temas recurrentes entre las personas que comienzan a practicar Pilates y también de aquéllos están formándose como profesores, es la dificultad de explicar qué es Pilates a sus familiares y amigos.
Acabo de terminar una serie de talleres en Rusia y veo cómo empieza a crecer el fenómeno Pilates aquí y cómo los nuevos alumnos tienen las mismas dudas que teníamos nosotros cuando empezamos hace más de 10 años. Así que me ha entrado la inspiración para escribir estos pensamientos inconexos.
Lo cierto es que poco a poco nos vamos alejando de la idea de que Pilates es hacer “abdominales despacito”, o “gimnasia para vagos”, o “el esnobismo hecho ejercicio”; afortunadamente cada vez se reconoce más claramente el hueco que ocupa Pilates en la industria del fitness. Aún así, todavía es difícil encontrar una definición concreta de lo qué es el Método Pilates y, lejos de ser algo negativo, en mi opinión es una situación perfectamente normal y tiene su explicación.
Como muchos ya sabéis, desde el año 1992 hasta el año 1999 se libró y los que defendían su uso universal. Este periodo de tiempo coincidió con un crecimiento muy importante del método principalmente en Estados Unidos y los profesionales que antes del 92 se dedicaban a Pilates tuvieron que adaptar su forma de trabajar para evitar problemas legales. Esto dio lugar a diferentes versiones y formas de trabajar dentro del entorno de Pilates y, en mi opinión, hizo que el sistema se enriqueciese. Desde entonces y también gracias a los aportes de las ciencias relacionadas con el movimiento, Pilates ha evolucionado en busca de convertirse en una sistema cada vez más eficaz.
En definitiva lo que planteo es que el Pilates de hoy en día es una interpretación bastante personal del trabajo desarrollado por Joseph Pilates a principios del siglo XX y cada uno de nosotros entendemos Pilates de una manera determinada. De esta reflexión me surgió la pregunta: ¿es Pilates un método de entrenamiento? y de esto trata este post.
¿Qué es entrenamiento físico?
El entrenamiento se define como la «repetición sistematizada de ejercicio físico”, así que nos quedamos más o menos como estábamos, por lo que si consultamos la definición de ejercicio físico, descubrimos que se trata de «una actividad física planificada, estructurada y repetida que tiene por objeto la mejora de alguno de los componentes de la forma física”.
En condiciones normales y en ausencia de patología o dolor, cada uno de nosotros tenemos la forma física necesaria para llevar a cabo el estilo de vida que practicamos. Si me paso 12 horas delante del ordenador con malas posturas, mi cuerpo se convierte en el campeón del mundo en estar mal sentado. Entonces, si no busco un cambio en mi estilo de vida ¿tiene sentido empezar a entrenar mi forma física? Desde el punto de vista de la funcionalidad, la respuesta es “no”, ¿para que necesito más fuerza, flexibilidad o capacidad cardiovascular si nunca la voy a utilizar? En el momento que deje de entrenar voy a perder lo conseguido. En cambio, desde el punto de vista de la salud, sabemos que realizar ejercicio físico es positivo en prácticamente todos los marcadores de salud.
Pilates como actividad física no tiene como objetivo principal cambiar nuestra estructura para producir cambios físicos medibles. No busca una hipertrofia muscular para aumentar la fuerza, tampoco una elongación de las fibras musculares para mejorar la flexibilidad. Pilates trabaja principalmente sobre nuestro sistema nervioso, más concretamente en los procesos neuro-músculo-esqueléticos. Es decir, cuando hacemos una clase de Pilates, estamos mejorando nuestra neurofisiología y nuestro control motor, sin que signifique necesariamente un cambio físico en el músculo. No nos interesa tanto “QUÉ” ejercicio, sino que nos interesa más el “CÓMO” hacemos el ejercicio.
Pilates para el control motor
Por todo esto Pilates es, en mi opinión, un sistema de aprendizaje motor y de resolución de problemas motores (siempre que esos problemas motores no sean consecuencia de una patología). Por tanto es muy eficaz para mejorar la función de sus practicantes de manera que, sin cambiar el “hardware” mejoramos el “software” haciendo más eficiente, segura y agradable la realización de las actividades cotidianas del practicante de Pilates. El éxito de Pilates está en los cambios neuroplásticos que la ejecución correcta de nuevos patrones de movimiento generan en nuestro SNC.
Para favorecer el aprendizaje motor lo más importante es la información. Cada vez que nos movemos, nuestro SNC envía una copia de ese patrón motor al cerebelo y otras áreas del cerebro, además, en el mismo momento que nos estamos moviendo, los tejidos envían información de vuelta al cerebelo y al córtex para corregir ese movimiento. Es decir, aprendemos a movernos mediante un sistema de prueba-error. Si en este sistema falta la información sensitiva que llega desde los tejidos, no podemos corregir los movimientos y por tanto, no aprendemos. Tanto es así que en Pilates prestamos una gran importancia a la conciencia corporal y a “estar presente” en todo momento durante las clases.
Por ello el profesor de Pilates es una especialista en crear “feedback” que complemente la información sensorial y situaciones de movimiento muy ricas propioceptivamente para que la persona cuente con la mejor información posible a la hora de cambiar sus patrones motores. Creo sinceramente que los profesores de Pilates son los profesionales más capaces para generar un entorno de aprendizaje muy rico en inputs de todo tipo, ya sean imágenes mentales, indicaciones táctiles, feedback aumentado, etc.
Ejercicio sin repetición
Lamentablemente, la única actividad que no genera neuroplasticidad en el SNC es la repetición, por tanto si estás realizando siempre la misma clase de Pilates o la misma rutina en el gimnasio, probablemente no estés aprendiendo nada respecto a tu movimiento.
Esto os puede resultar contradictorio: si aprendo mediante prueba-error, pero la repetición no genera neuroplasticidad ¿como lo hacemos? La clave está en los elementos “sorpresa” que debe contener toda buena clase de Pilates. Es la “perturbación” del entorno y de la propia tarea lo que hace que nuestro sistema esté constantemente en modo de aprendizaje ON. Los estudios científicos nos dicen que cuanta más perturbación (en presencia siempre de un correcto feedback sensorial) facilitamos el aprendizaje, en cambio cuanta menos “información” (feedback sensorial) recibimos, más difícil es el aprendizaje.
Así que si tu objetivo es aprender a moverte bien y explorar al máximo tu potencial, déjate de repeticiones, cargas, series y empieza a divertirte descubriendo lo que tu sistema sensomotor es capaz de conseguir por ti.»
Por tanto, si eres profesor de Pilates tienes que empezar a pensar en ti mismo como un “entrenador de mentes a través del movimiento corporal” y no tanto como un “entrenador físico”.
Lo sé, al final no he contestado a la pregunta con la que he titulado este post. Prefiero que la respuesta la demos entre todos ¿te animas?
Desde Rusia con amor.
Imagen cortesía de ddpavumba en Freedigitalphotos.net