Blog de Polestar Pilates
¡Un instructor de Pilates de los de Roll-Over!
Guapo, simpático y con una pose que hace que te «des la vuelta» para mirar cómo se mueve mientras sonríe… Ha pasado de ser instructor de Pilates a un emprendedor a quien no le va nada mal. Llegó al método de forma casual y ya cuenta con su propio estudio en Valladolid. En él imparte sesiones de Pilates y movimiento y además cuenta con alumnos que quieren ser profesionales; es un Centro Oficial Polestar en el que se ofrece formación y dónde los estudiantes de la escuela pueden realizar sus prácticas. Acaba de estrenar y le encanta hacer fantásticos vídeos de Pilates. Hoy hablamos con…
… Carlos Marín
Carlos es un hombre tranquilo con los pies en el suelo y la cabeza en la luna, ¡yo creo que de tanta elongación axial! Es el chico que espera impaciente a que llegue su alumno a clase y aprovecha los últimos minutos para perfilar los detalles de la siguiente sesión; ya quien se le ponen los vellos de punta cuando le dan las gracias con una sonrisa por la clase que acaban de recibir.
Preguntamos: ¿Cómo decidiste dedicarte a esto del Pilates?
Carlos Marín: Pues la verdad es que en mi vida las cosas se han ido sucediendo casi como si estuvieran programadas. No es que lo tenga todo estructurado, mas bien al contrario. Pequeñas casualidades me han ido y me siguen dando la pauta acerca del camino a seguir. Tengo un objetivo a largo plazo o una idea acerca de a dónde quiero llegar, eso sí, también estoy atento para ir cogiendo los trenes apropiados.

Carlos Marín en una demostración dirigida por Blas Chamorro, de Polestar Pilates, durante una formación profesional.
Recuerdo que un par de amigas me insistieron repetidas veces para que fuera con ellas a una clase de Pilates. Por aquel entonces yo entrenaba todos los días en la sala de fitness, corría en la cinta o sudaba un rato en la bici, pero no me planteaba participar en una clase colectiva. Siempre he sido muy vergonzoso. Sin embargo, me llamaba muchísimo la atención eso de estar delante de un grupo de personas y dirigir una clase.
Y nada… probé. ¡Y me sentí como un elefante en una cacharrería! Pero me gustó aquello del Pilates y continué asistiendo a sesiones. Mis amigas se dieron de baja y yo seguí asistiendo…
Cada vez se me daba mejor y, además, notaba que los resultados al entrenar musculación se multiplicaban desde que practicaba Pilates. Tenía más fuerza, más resistencia, menos agujetas, etc.
Estaba encantado. Y acribillaba a la profesora a preguntas.
Tanto era así que un día le pregunté que qué tenia que hacer para ser profe de Pilates. Me dijo que lo primero era estar un poco loco. ¡Íbamos bien porque ese requisito ya lo cumplía! Me dio un par de referencias de escuelas con las que formarme y me decidí por una de ellas. Y de nuevo el destino quiso que eligiera bien y aquí estoy, formando parte de la familia Polestar. ¡¡¡#SoyPolestar!!!
P: ¿Por que elegiste Polestar Pilates como escuela?
C.M.: Bueno, en realidad elegí Polestar como algo más que la escuela con la que formarme. Cuando empiezas a dedicarte profesionalmente a Pilates llega un momento en el que necesitas un respaldo o una guía para saber que tu evolución va por buen camino. No tiene por qué seguir siendo más formación. Puedes apoyarte en compañeros, en colegas de profesiones de la salud, y hoy en día, también en blogs especializados.
Polestar me ha dado siempre la facilidad y la confianza necesaria en este aspecto de “compartir”. Lo considero como una gran familia en la que todos colaboran recorriendo un mismo camino. Es una gozada recorrerlo acompañado por personas entusiastas, alegres, profesionales y generosas con sus conocimientos.
Como escuela creo que su enfoque técnico y científico a la vez que abierto y flexible la hace única.
P: ¿Que destacarías de tu carrera profesional en los últimos años?
C.M.: Sin duda haber abierto mi propio estudio Epcm Pilates. Es un sueño hecho realidad. Y con este sueño embarcarme en otros muchos proyectos, sin duda, gracias al apoyo de mis compañeros. A la formación en Pilates y movimiento recibida en Polestar, le sumé un seminario sobre gestión, marketing, ventas, etc. Resultó una experiencia muy potente que me ha ayudado a crecer como profesional y también a nivel personal.
Creo que el curso de Vivir del Pilates (¡gracias, Alfredo Bastida!), me ha enseñado a focalizarme en lo mío sin perder de vista otros muchos campos abiertos que, sin duda, son la guinda del pastel. No sólo hay que trabajar y hacer lo que hay que hacer, ¡también hay que divertirse! Ahora estoy muy involucrado con un en el que publico vídeos con secuencias y variaciones de ejercicios para facilitar la vida a otros instructores de Pilates. Me parece importante colaborar y echar una mano para hacer que cada vez más personas se muevan… Además, estoy en el programa de mentores de Polestar, lo que supone un verdadero orgullo y de algún modo un paso más en mi camino. He realizado mi primer curso como formador, Gateway I by Polestar, ¡ha sido una experiencia indescriptible en todos los aspectos!
En pocas palabras, Carlos ¿Si fueras….
…un ejercicio de Pilates, cual serías?
Yo creo que el Dolphin. Me encanta la sensación de libertad, la fluidez y a la vez la fuerza y el control que requiere, todo en su justa medida. ¡Creo que es como la vida misma!»
…un aparato de Pilates?
La silla, sin duda. Ocupa poco, no estorba, es muy muy versatil, se combina perfectamente con el resto del equipamiento. Se puede usar en clases individuales, en grupo… Soy la silla. Jajaja.»
…un implemento?
Uy, ahí ya no sé. Me encanta el roller foam. Un poco por lo mismo. Me encantan los implementos que en sí son muy sencillos en cuanto a diseño y, sin embargo, dan muchísimo juego si tienes un poco de creatividad.»
Si pasas por Valladolid, acuérdate de Carlos Marín y hazle una visita en su estudio Epcm en Vinos de la Ribera del Duero, 12. Seguro que te encanta su centro y además, si le pillas cámara en mano, igual te lía para salir en uno de sus vídeos. ¡¡¡Toda una suerte porque siempre son chulísimos!!!