Blog de Polestar Pilates
Ideas sobre el proceso de aprendizaje
Mentor de Polestar Pilates
Osteópata y profesor de Yoga
www.porvenir14.com
El presente post responde a una reflexión personal, fruto de mi práctica diaria como profesor de pilates. Estas líneas nacen sin más pretensión que lanzar ideas que tal vez puedan ser útiles e inviten a la reflexión a todos los que tengan la voluntad de leerlas.
Una de mis principales inquietudes dentro del proceso de enseñanza es facilitar a la persona el aprendizaje de los conceptos que le permitan entender en profundidad y por tanto beneficiarse en toda su amplitud de los profundos cambios que la práctica del método pilates puede ofrecer. Pienso que esto, que aparentemente es obvio y desde luego deseable, no siempre es tenido en cuenta en el contexto de una clase. Y que a veces nos perdemos más en detalles de ejecución y conceptos similares, que aunque no carecen obviamente de importancia, me parecen mucho menos significativos.
Como mentor de Polestar he tenido que pasar por una serie de requisitos entre los cuales había una tarea que me resultó altamente interesante. Consistía en grabarme a mí mismo mientras daba clase para obtener información acerca de mi actitud corporal, mi forma de hablar, el tono empleado, etc. Como resultado del ejercicio, el cual repito cada cierto tiempo desde entonces, observé que aunque la mayoría de mis indicaciones en clase son positivas e invitan a experimentar el aprendizaje de forma optimista, había un pequeño porcentaje de frases en negativo en las cuales explico a mis alumnos lo que no tienen que hacer. La verdad es que esta tendencia es fácilmente modificable si prestamos un poco de atención. Por ejemplo, en vez de decir “no muevas el tronco”, puedo decir “prueba a mantener el tronco en la misma posición”, o en lugar de “eleva los brazos sin abrir las costillas”, puedo decir “procura mantener las costillas cerradas mientras elevas los brazos”. Considero que la comunicación con nuestros alumnos se debe basar principalmente en invitaciones a experimentar, afirmaciones, instrucciones enfocadas en los cambios positivos, sugerencias, etc.
El ejercicio también me ayudó a ser plenamente conciente de cuantas veces a lo largo de cualquier proceso de aprendizaje en mi vida he recibido indicaciones y enseñanzas empleando el lenguaje negativo, que aunque aparentemente no son malas, encierran en sí mismas limitaciones. Realmente esta forma de comunicación, absolutamente habitual y aceptada, fomenta en las personas la idea de «no errar», básicamente en evitar lo incorrecto. Impide centrarse en los resultados positivos de la enseñanza, roba la motivación adecuada para vivir de forma alegre el proceso de aprendizaje, restringiéndolo a un mero no fallar, a simplemente evitar hacerlo mal.
Estoy convencido de que el lenguaje negativo por sí mismo es un gran obstáculo a la hora de aprender la ejecución correcta de los ejercicios de pilates. Pienso que el miedo a hacerlo mal, a no estar a la altura, a sentirse juzgado (incluso por uno mismo), genera estrés y tensión física y emocional capaz de limitar seriamente la ejecución de los ejercicios. A mi modo de ver, cometer errores es parte esencial del proceso de aprendizaje. La tarea del profesor debería centrarse en evitar que el alumno cometa deslices que pudieran serle lesivos, a la vez que se le invita a experimentar auténticamente y disfrutar sin restricciones de la enseñanza.
Me pregunto cuántas veces los problemas entre las personas están basados en hechos como este. En la forma en que decimos las cosas, con la mejor intención y cuidando el tono, pero con una construcción del lenguaje que no sirve para mejorar las cosas, sino para crear evitación, limitación y confusión.
Vuelvo a repetir este ejercicio de cuando en cuando como forma de auto chequeo y mejoramiento personal en las clases en particular, y en las relaciones personales en general.
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