Blog de Polestar Pilates

¿Es Pilates efectivo para combatir el dolor crónico?

Se habla mucho de Pilates como método de rehabilitación, especialmente en relación a dolor o patologías de la columna vertebral.

 
Aunque hay un número importante de médicos que recomiendan la práctica de Pilates, la realidad es que no hay un conocimiento profundo de lo que sucede en una sesión de Pilates entre la comunidad médica.

Para algunos licenciados en Medicina, Pilates es «la nueva natación»… Se ha convertido en la prescripción «por defecto» si te duele la espalda, pero la realidad, como siempre, es más compleja.

Si indagamos en los artículos científicos publicados en los últimos años sobre la efectividad de técnicas específicas para el manejo de trastornos de índole músculo-esquelética, a la única conclusión que podemos llegar es que no existe ningún método, terapia o técnica que se haya mostrado significativamente superior a otras en su efectividad en la mejora de variables funcionales y psicosociales (Rubio-Ochoa J, et al., 2019; Oosterhuis T, et al., 2020; Choi YJ, et al., 2020).

Sin embargo, es importante tener en cuenta que cada paciente es único y que puede responder mejor a un tipo de tratamiento en particular. Por lo tanto, el reto de los fisioterapeutas y otros profesionales sanitarios que se enfrentan diariamente con cuadros de dolor músculo-esquelético, está en determinar cuál es el mejor tratamiento para cada situación específica teniendo en cuenta el individuo y su contexto.

 

 

 

Por tanto, prescribir (o prohibir) una forma de hacer ejercicio sobre otra, sin conocer en detalle la situación del paciente es un manera de actuar muy sesgada y me atrevería a decir que carece de la diligencia debida.

En cambio, un enfoque más útil a la hora de considerar un método o técnica como eficaz para tratar estos trastornos es comprender qué fortalezas terapéuticas son inherentes al método. Así que veamos qué dice la literatura científica en relación a la efectividad de Pilates en pacientes con dolor o trastornos asociados a su aparato locomotor.

 

 

Pilates destaca sobre otras técnicas en pacientes con dolor lumbar crónico

 

 

En esta revisión sistemática en red los autores encuentran suficiente evidencia para afirmar que hacer ejercicio es efectivo para tratar el dolor lumbar crónico. Descubrieron que, prácticamente, cualquier ejercicio es más efectivo que no hacer nada. También destacan que la «dosis», entendiendo como dosis la frecuencia y el volumen, es uno de los factores más importantes ya que mayor exposición al ejercicio produce mejores resultados.

 

Por tanto, los autores recomiendan que los pacientes practiquen el tipo de ejercicio que prefieran y que puedan hacer regularmente.

 

 

Adicionalmente, en este mismo estudio, encontraron evidencia de que Pilates está entre los ejercicios más efectivos para reducir la intensidad del dolor y las limitaciones funcionales.

En esta otra revisión sistemática en red  llegaron prácticamente a la misma conclusión que la anterior mencionada. De nuevo Pilates destaca como el ejercicio más eficaz. En este artículo además aparece el entrenamiento de fuerza como método eficaz para reducir el dolor.

En una tercera revisión del mismo tipo, los resultados son muy similares a las dos anterioes destancando Pilates, ejercicio de fuerza y ejercicio tipo cuerpo-mente (yoga o similar) como los más eficaces en el manejo de pacientes con dolor crónico.

Confirmando que Pilates tiene ciertos aspectos muy positivos para afrontar situaciones de dolor crónico y que lo hace destacar sobre otros métodos (algo que los que utilizamos Pilates en pacientes con dolor lumbar crónico ya habíamos observado), sabemos que es fundamental que el trabajo sea aplicado de forma adecuada y razonada por profesionales formados y con experiencia. Cuando se conjugan ambas condiciones, Pilates puede ser de gran ayuda para personas que padecen dolor crónico.

Desde hace varias décadas se ha estudiado la relación de estas características inherentes al método Pilates para justificar su efectividad en el tratamiento de pacientes que padecen algún tipo de trastorno músculo-esquelético.

 

PILATES ES UN EJERCICIO DE ALTO IMPACTO COGNITIVO

 

Sabemos que Pilates es una forma de ejercicio que requiere atencion y concentración. A este tipo de ejercicio se le conoce como ejercicio con «alto impacto cognitivo». Numerosos papers han investigado la correlación entre la modificación tanto de la percepción como del comportamiento ante el dolor de los pacientes, con una mejora de los síntomas y las variables físicas (Moseley et al., 2004)

La actividad física consciente, de alto estímulo cognitivo, ayuda a modular el dolor. Incluso hay investigaciones que parecen indicar que la distracción provocada por la concentración en la actividad, por ejemplo cuando dirigimos la atención del paciente a su respiración o a una parte del cuerpo en concreto, puede ayudar a reducir y modular el dolor.

 

 

Desde los años 70 se sabe que el trabajo consciente y planificado, no solo de Pilates, sino de ejercicios clásicos de rehabilitación en general, pueden influir en el timing de estabilización local de unidades motoras lentas. Se ha observado que en algunas personas con historia de dolor crónico, la actividad anticipatoria de estos músculos se ha perdido y podría ser, en algunos casos, un factor de generacion de nocicepción.

La rama más analítica y consciente en Pilates, a menudo implica actividades que nos permiten entender cómo gestionar y completar el ejercicio a un umbral de actividad estabilizadora muy bajo, lo que también podría ayudar a reclutar y mejorar la función de unidades motoras lentas de los estabilizadores locales.

 

Pilates hace énfasis en la respiración y el control

 

En cuanto a la respiración, Peter y Rosaligo (2002) encontraron una relación entre estrategias de control motor alteradas y alteración en la función respiratoria en personas con dolor lumbopélvico. Esto podría estar relacionado con la influencia de la musculatura local tanto en la estabilidad como en la respiración.

En la misma línea, Russell (2009) encontró que pacientes con dolor lumbar presentan patrones respiratorios alterados, especialmente en aquellas actividades donde se desafía la estabilidad del tronco. Por tanto, la hipótesis es que si mejoramos la función respiratoria y fomentamos un trabajo más consciente sobre el propio movimiento, podríamos influir sobre la función de los estabilizadores locales y modular dolor.

 

cONTRA EL DOLOR: Pilates considera al cuerpo como una unidad indivisible

 

Bullock Saxton (1994) destaca la importancia de emplear un enfoque más allá del lugar de la lesión. Defiende la existencia de cambios remotos en la función muscular en área alejadas del sitio del dolor. Lo que quiere decir es que no porque el paciente sienta dolor en la zona lumbar debemos concluir que exista un problema localizado en esa zona.

En ciertas ocasiones, mejorando la movilidad general de todo el cuerpo y accediendo a patrones de movimiento más variados, la distribución de las fuerzas por un mayor número de estrucuturas podría modular el síntoma localizado en un área determinada. Un ejemplo clásico es el paciente con una movilidad muy reducida en la columna torácica, que compensa con un exceso de movimiento en la columna lumbar y que su sistema nervioso ha identificado como una potencial amenaza y por tanto genera una respuesta nociceptiva.

 

 

 

Por supuesto, este último ejemplo podría producirse en ciertas personas, pero no necesariamente en todas aquéllas cuya movilidad torácica se encuentre restringida.

Por último, en línea con el control central, Van Dielen (2019) muestra una reducción significativa de síntomas cuando la zona lumbar se mantiene en posición neutra en algunos test de dirección, como en el test de flexión o el test de extensión.

En resumen, Pilates puede ser una herramienta muy valiosa para tratar el dolor persistente, ya que su enfoque cuerpo-mente y consciente puede ayudar a modular el dolor, mejorar la función respiratoria, estimular el reclutamiento espontáneo de unidades motoras lentas y modificar las creencias y comportamientos de los pacientes.

Aún así, en mi opinión todavía falta investigación para seguir entendiendo con más profundidad qué elementos concretos de la práctica de Pilates (y sus practicantes) son los que más influyen en su efectividad. Sin ir más lejos, podemos pensar en el efecto qur tiene situación socio-económica de sus practicantes; considerar si las bajas cargas con las que se ejecuta son un factor significativo; también sería interesante estudiar que al ser un método muy progresivo y con pocos efectos adversos, puede generar más seguridad y confianza a sus practicantes; en la misma línea, sabemos que presentar una exposición muy graduada y novedosa al ejercicio también tiene efectos muy positivos en pacientes con dolor crónico.

 

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Referencias


1.  Rubio-Ochoa J, et al. Comparative effectiveness of manual therapy, physical therapy, and exercise therapy for chronic low back pain: systematic review and meta-analysis. J Pain Res. 2019;12:3071-3105.

2.  Oosterhuis T, et al. Comparison of the effectiveness of physiotherapy interventions for shoulder impingement syndrome: a systematic review and network meta-analysis. Br J Sports Med. 2020;54(12):715-720.

3.  Choi YJ, et al. Comparison of the effectiveness of various physical therapy methods in patients with knee osteoarthritis: a network meta-analysis. PLoS One. 2020;15(11):e0242289.*

 

 

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