Blog de Polestar Pilates
«Mi estudio está lleno pero yo estoy vacío»
Tener espíritu emprendedor no garantiza tener éxito como emprendedor. Ser muy bueno haciendo tu trabajo tampoco te garantiza tener éxito como emprendedor. Entonces ¿cómo se puede emprender alcanzando el éxito?
Claves para emprender
Lo primero tenemos que definir que es el éxito. La idea de «tener éxito» es en realidad algo bastante personal. Para algunas personas se trata de ganar mucho dinero, para otras consiste en obtener una gran notoriedad y fama. En mi caso, mido el éxito según dos parámetros:
- El primero es la cantidad de tiempo de calidad del que dispongo para hacer las cosas que me gustan.
- El segundo es generar el rédito económico suficiente para tener independencia y libertad, y que me permita acceder a seguir haciendo las cosas que me gustan.
Así que lo que escribo a continuación, está basado en esta interpretación del éxito. Si lo que estabas buscando es un post del estilo «cómo forrarse haciendo Pilates», siento decirte que aquí no lo vas a descubrir.
El emprendimiento es una carrera de fondo
Empecé a trabajar por mi cuenta desde muy joven. Monté la primera empresa relacionada con la salud, el movimiento y Pilates cuando tenía 21 años. Cuando estás lleno de energía e ilusión puedes con todo. Puedes dar 14 clases de Pilates cada día, acostarte a las 2 de la mañana y dedicar los fines de semana a organizar temas de la empresa.
Cuando ves que los clientes llegan, se quedan y te recomiendan, la sensación es maravillosa. Empiezas a pensar que eso es el éxito, que la gente valore y necesite lo que ofreces. La situación es extenuante pero la sensación de ir logrando objetivos es más fuerte que el cansancio y continúas adelante sin plantearte si el rumbo es el adecuado.
Esta situación es muy común. Diría que casi todo el mundo que ha decidido emprender en el sector del Pilates ha estado ahí. La sensación de ser indispensable es muy adictiva y todos caemos. El problema es que los clientes saben jugar muy bien con tu ego y es fácil caer en la trampa.
La trampa de ser manipulado con halagos para estar siempre a su entera disposición. Cuando te dicen lo bueno que eres y todo lo que dependen de ti, en realidad están alimentando tu ego para que cuando ellos lo necesiten, antepongas sus deseos a tus necesidades. La mayoría lo hace sin mala intención, de hecho seguramente lo hacen de forma inconsciente en su búsqueda de apoyo para sobrellevar su propia situación.
Encontrar alguien que te ayude es tan raro y valioso que cuando lo encuentras no quieres perderlo bajo ningún concepto.
Esta es una de las razones por la que puedes tener tu estudio lleno pero estar muy lejos de tener éxito.
El siguiente motivo está muy conectado al anterior. Si el primero tiene que ver con el ego y la sensación de ser indipensable, el segundo tiene que ver con el miedo.
El miedo a que, como tú eres tan bueno en tu trabajo y tan irremplazable para tus alumnos, si dejas de darles clase, los perderás como clientes.
La posibilidad de perder todo por lo que has estado trabajando durante años es una perspectiva terrorífica. Después de tantos sacrificios, renuncias, falta de sueño y esfuerzo por convertirte en el mejor profesional posible, lo último que quieres es que todo se desmorone ante tus ojos.
Y todo esto es consecuencia del «pecado original» que se suele cometer al emprender en aquello en lo que eres un buen técnico. Casi todos pensamos que por dominar los aspectos técnicos de un negocio (por ejemplo ser muy buen profesor de Pilates), entendemos cómo gestionar eficazmente un negocio que se dedica a vender ese tipo de servicios técnicos.
Yo tardé mucho tiempo en darme cuenta de esto. No entendía por qué siempre estaba metido en la rueda del hámster. Nunca tenía tiempo para nada, siempre anteponiendo la vida profesional a la personal. Cada vez teníamos más clientes, pero cada vez me sentía más extraño en mi propia mente. Me había convertido en un autómata, ningún jefe hubiera sido capaz de hacerme trabajar tanto como yo mismo.
CAMBIA TU PERSPECTIVA
Así que para cambiar el resultado, no quedaba otra que cambiar de estrategia. Empecé a estudiar por mi cuenta sobre emprendimiento, modelos de gestión, cultura de empresa, valores de marca, liderazgo de equipos, análisis de marcadores de rendimiento y un largo etcétera…
Por supuesto me rodeé de gente que pudiera ayudarme a entender qué problemas había en la compañía y tratar de implementar nuevas soluciones. Como resultado, además de enderezar el rumbo de la compañía, descubrí que la gestión del negocio me gustaba tanto o más que mi trabajo con los alumnos.
En ese proceso de investigación y estudio cayó en mis manos un libro que parecía que estuviera hablándome directamente a mi y de los problemas que estaba experimentando como supuesto emprendedor, se trata de «El mito del emprendedor» de Michael Gerber.
Creo que es un muy buen punto de partida para empezar a organizar tu rol como emprendedor, si no quieres leértelo entero (algo bastante recomendable si estás viviendo algo similar a lo que cuento arriba), te dejo lo que yo considero los puntos clave del libro:
1. La mayoría de las empresas fracasan: La fase del técnico.
– La mayoría de las empresas comienzan como una forma de auto-empleo. El futuro emprendedor es un técnico muy competente que decide que ya está bien de trabajar para otros y decide establecerse por cuenta ajena.
– Al dar este paso, no se suele tener en cuenta que en el momento que se deja de ser un técnico al servicio de una empresa, es necesario cumplir con tres roles:
1. El rol de técnico
- El técnico es quien realiza las acciones productivas de la empresa
- Su filosofía es «si quieres que se hagan bien las cosas, las tienes que hacer tú mismo»
- Siempre vive en el presente
2. El rol de manager
- Es el planificador. Quien conecta la visión del emprendedor con el trabajo que hay que ejecutar.
3. El rol de emprendedor
- El emprendedor es un visionario y parte de su mente está siempre en el futuro.
- Es un estratega, tiene que diseñar soluciones y nuevas ideas que permitan que la compañía siga creciendo de forma óptima.
– Si al arrancar un proyecto de emprendimiento, te olvidas de tus nuevos roles como manager y como emprendedor, solo puedes centrarte en hacer lo que mejor haces: ser un buen técnico.
– Esto desemboca irremediablemente en mucho trabajo canalizado por una única persona. Sin tiempo para pensar estrategias, montar equipos y sistemas que permitan a la compañía crecer sin la necesidad de que el técnico principal haga todo el trabajo.
– El resultado: frustración. Si no se corrige, acabará en fracaso y cese de la actividad.
2. La fase adolescente.
– Te concentras en aprender sobre lo que significa gestionar una empresa.
– Buscas o pides ayuda a otros emprendedores, consultores, etc…
– Empiezas a implementar soluciones que te ayuden a desarrollar tu trabajo eficazmente y que te abran la puerta a técnicas de gestión y sistemas de crecimiento eficaces para emprender
3. La fase madura.
– Ya eres capaz de contestar a estas tres preguntas:
- ¿Cómo he llegado (mi compañía) hasta aquí?
- ¿Dónde quiero ir ahora?
- ¿Cómo voy a llegar allí?
A lo largo del libro se van desgranando estrategias e historias de éxito y fracaso que te ayudan a identificar problemas y a entender cómo aplicar esas ideas en tu propio negocio.
En mi propia interpretación de lo que es el éxito de emprender, yo siempre me aseguro que soy capaz de contestar en todo momento a estas preguntas:
- ¿Qué debo hacer para que mi negocio funcione sin mi trabajo como técnico?
- ¿Cómo consigo que mi equipo haga su trabajo sin estar yo de por medio?
- ¿Qué sistemas puedo implantar para que mi negocio crezca sin problemas?
- ¿Cómo consigo libertad y calidad de vida como propietario de un negocio?
Hacerme estas preguntas y ser capaz de tener una respuesta clara me ha permitido trabajar menos que nunca mientras la compañía disfruta de buena salud. Tanto clientes como el equipo, se benefician y se identifican con la misión de la compañía y sienten que invierten su tiempo en una iniciativa que aporta valor añadido.
Quizá ahora estás confundido con el «trabajo menos que nunca» del párrafo anterior. En realidad me doy cuenta que debo explicar lo que significa trabajo para mi. Para mi, trabajo es hacer aquellas cosas que no me gusta hacer dentro de la actividad de la empresa. Sigo invirtiendo mucho tiempo en gestionar y ayudar a la compañía pero afortunadamente, cada vez hago más cosas que realmente disfruto haciendo (como escribir estas líneas) y menos de las que no me gustan tanto pero que tengo que hacer.
Por último, quiero comentarte que en este momento tengo tiempo, motivación y energía para asesorar y mentorizar un proyecto de emprendimiento. Si quieres emprender, escríbeme a juan@polestarpilates.es y me cuentas tu proyecto.
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