Blog de Polestar Pilates
Cómo ser un profesional de Pilates altamente efectivo (Parte II)
En muchas ocasiones olvidamos trabajar aspectos de nuestra persona que resultan fundamentales para ser mejor persona a nivel personal y también profesional.
En nuestro anterior post explicamos por qué es esencial para un buen profesional de Pilates el compromiso y la motivación en el centro de trabajo. Sin embargo, resulta mucho más sencillo decirlo que ponerlo en práctica. Por ello, en este post vamos a analizar los cuatro primeros hábitos que te ayudarán a ser una persona más efectiva, siguiendo las recomendaciones del reconocido Stephen Covey, quien aborda este tema en profundidad en .
Sé Proactivo:
Aunque el diccionario de la Real Academia Española no regista la palabra «Proactividad», con ella nos referimos a ser responsable de hacer qué las cosas sucedan; una persona proactiva asume una actitud de control activamente sobre su forma de actuar, llevando la iniciativa para poner en marcha acciones que supongan o puedan suponer una mejora, actuando libremente y eligiendo qué hacer (o no hacer) ante cualquier circunstancia.
Cuando uno es proactivo, no espera a que algo suceda, sino que busca de forma activa una respuesta ante cualquier problema, aunque éste tenga una solución complicada. Las personas proactivas crean oportunidades, buscando información, sin esperar a que sean otros quienes les pidan que hagan «algo». Son capaces de adaptarse al entorno y de controlar sus impulsos para que queden supeditados a los valores y no al revés.
Por ejemplo: Seguro que más de una vez has tenido ganas de echar a un alumno de clase por no oír sus quejas, o porque tiene un mal día (o lo tienes tú). En este caso, podemos pensar en tres opciones:
1.- Le mandas a paseo (y, posiblemente, pierdes el cliente).
2.- Haces oídos sordos mientras esperas pacientemente a que la sesión, por fin, termine.
3.- Tomas una postura proactiva y tratas de entender por qué ese alumno pelmazo no para de quejarse, para redirigir la sesión y hacer que sienta que le comprendes y que estás dispuesto a hacer todo lo necesario para que ayudarle a encontrarse mejor -física y mentalmente-.
Si tienes una conducta proactiva afrontarás mejor los problemas, serás capaz de prever las posibles consecuencias de cada acto y te guiarás por la innovación, mejorando personal y profesionalmente.
Ten un fin en mente:
Este hábito se refiere a tener siempre en mente un objetivo preciso. Los objetivos, para serlo, deben ser reales, asumibles y medibles. Tu conducta no debe regirse por el azar o por el capricho, sino que debe acercarte a tu objetivo. Cada vez que tengas que tomar una decisión importante, piensa primero si ésta te acercará a tus objetivos o si por el contrario, te aleja de ellos.
Por ejemplo, si tu objetivo es lograr superar el break-even de tu estudio de Pilates, pues los gastos te están comiendo, a la hora de crear una estrategia de marketing para captar clientes y fijar los precios de una oferta, deberás tener en cuenta que éstos estén alineados con tu objetivo. De nada te valdrá poner unos precios muy baratos si al final, por mucha más gente nueva que atraigas, no recaudarás el dinero suficiente para cubrir esos gastos fijos.
Establece primero lo primero:
Una distribución del tiempo eficaz está basada en el orden de prioridades. Como dijo Goethe: «Lo que importa más nunca debe estar a merced de lo que importa menos». Si no sabes organizar tu tiempo, estarás perdiendo tu dinero y también posiblemente la paciencia. Para lograr mayor efectividad, organiza tus actividades bajo los siguientes premisas: las urgentes, las no urgentes, las importantes y las no importantes.
Piensa en ganar-ganar:
Cuando interactuamos con otras personas, podemos hacerlo de muchas maneras. Sin embargo, sólo las relaciones basadas en el ganar-ganar (win-win que dicen en inglés) son efectivas a largo plazo. Si en tu relación con un cliente tú ganas y él pierde, también perderás al cliente y por tanto, perderás tú también. Puede este tipo de relaciones te aporten más beneficio a corto plazo, pero no durará mucho.
Por ejemplo, si organizas clases de Pilates en grupo con un número demasiado elevado de alumnos, inicialmente estarás ganando más dinero, pues atenderás a más clientes en un mismo espacio de tiempo y por tanto, estarás sacando mayor beneficio a tu hora de sesión. Pero a la larga, al tener una clase masificada, descenderá tu capacidad de atenderlos a todos de forma adecuada, y terminarán por abandonar e irse a otro estudio de Pilates.
En el próximo post analizaremos los hábitos restantes para llegar a ser una persona altamente efectiva para que tu actitud con los demás y contigo mismo te lleven al éxito profesional en tu estudio de Pilates.
¿Te parece sencillo adoptar estos hábitos en tu día a día profesional?
Imagen «Stair to success» cortesía de Jumpe en Freedigitalphotos.net