Cómo pasar de un trabajo de oficina a profesora de Pilates

Mercedes lleva dos años siendo profesora de Pilates certificada por Polestar. Sin embargo, Pilates no es la carrera con la que inició su vida laboral. Mercedes ha estado trabajando en el sector corporativo como consultora y lo ha hecho hasta cumplir los 40 años. Según ella, su día a día consistía en ir apagando fuegos, solucionando problemas, y sacrificando la mayoría de su tiempo en un entorno que le generaba estrés y mal humor.

Casada y con hijos, llegó el momento en el que era evidente que no estaba viviendo la vida que realmente quería y decidió dar el salto. Tuvimos la oportunidad de hablar con ella sobre su experiencia y compartir con nosotros cómo fue ese camino para ayudar a personas que, como tú, pueden estar en una situación parecida.

«Me decía a mí misma: me dedico a resolver problemas de otros 24 horas al día, pero no sé que hacer para resolver los míos. Necesito cambiar de vida», nos cuenta Mercedes. Ella ya practicaba yoga y Pilates por gusto, y un día, una compañera le mandó el enlace a nuestra escuela.

 

 

 

«yo estaba convencida que sabía muchísimo de Pilates, y cuando empecé a estudiar aquí me di cuenta de que es mucho más amplio. Lo que era el Pilates de inicios del siglo XX lo puedes seguir aplicando, pero lo tienes que ir adaptando a todo lo que se ha descubierto hoy en día con respecto al movimiento, con respecto al cuerpo, y en ese aspecto creo que Polestar es una auténtica maravilla porque actualiza sus cursos año tras año.»

 

 

¿ cómo llegar a ser profesora de pilates a tiempo completo?

 

El camino de formarte en algo tan diferente a tu vida anterior no es, precisamente, uno lleno de rosas. Requiere sacrificio y compromiso. Pero quizás, como Mercedes advierte, parece más complicado de lo que es:

 

«Antes ya antes de haber acabado (el curso integral) empezaron a salirme clases, aparte de las propias prácticas que te exige Polestar. Y fue como un tsunami: en cuestión de tres meses se habían triplicado las horas en las que yo trabajaba en prácticas… y seguían creciendo… y me seguían llamando… y yo todavía no me había examinado».

 

 

 

 

Aunque parece pretencioso por nuestras parte, este tipo de situaciones es la realidad en el mercado laboral para los profesionales de Polestar: el Pilates, y el movimiento, se encuentran en muy alta demanda. Fue tal el crecimiento de Mercedes en un lapso muy corto de tiempo, que no se lo pensó dos veces, y entendió que, «pues si ya he empezado con esto vamos a tirarnos a la piscina, y ya bueno pues dejé el mundo de la ingeniería y me dediqué solo a esto, hice ahí un parón de un mes, estudié, practique muchísimo, me saqué el título y retomé las clases ya no como instructor en prácticas sino pues como instructor en firme».

¿Qué problemas surgen? Para Mercedes claramente tuvo que hacer ajustes en su vida familiar, pero, para ella, merecen la pena. Porque, al principio, «no puedes perder oportunidades y lo coges todo, entonces empiezas a trabajar unas horas en las que no estás acostumbrado a trabajar, entonces ahí tienes que cambiar un poco el chip». Manejar esto con una familia detrás tiene sus retos, pero «al final vas encontrando el punto positivo de incluso no trabajar a la misma hora que trabaja el resto de la gente, y además según vas cogiendo experiencia vas pudiendo encajar más tu mundo laboral dentro de tu mundo personal. Tienes que estar dispuesto a hacer ciertos sacrificios y a renunciar a ciertas cosas, pero es algo temporal, siempre hay gente deseando dar clase y deseando moverse, entonces tú siempre vas a encontrar tu hueco y te vas a ir especializando en un público objetivo».

 ¿POr qué elegir ser profesor de pilates?

 

Ante la avalancha de estudios que no paran de abrir sus puertas, uno no deja de preguntarse si el nuestro es un mercado sobresaturado. Mercedes tiene claro un argumento en contra de esta creencia, y es por esto que anima de forma tan sincera a que las personas indecisas den el salto: «es que es tan amplio, hay tantas posibilidades que siempre encuentras tu sitio. Yo llevo trabajando ya dos años como instructor de pilates y creo que todavía tengo mucho abanico que tocar y muchos cambios que dar, o sea que no he acabado aquí. Si al final, por lo que sea, tu vida en vez de ir hacia el Pilates va hacia otro ámbito del movimiento o hacia otro ámbito de la salud, el Curso Integral también sirve de mucho, porque no es sólo movimiento, es que luego la salud lleva muchas más cosas asociadas».

 

 

Reconoce que ya desde el principio le llamó la atención, pero una vez dentro del curso, entendió que el valor diferencial del Pilates de Polestar se encuentra en el rigor del programa y en sus educadores: